
Dar a luz durante la cuarentena es más duro, pero con cada mujer embarazada se gesta más empatía
En la cuarentena las mujeres embarazadas llegan de una forma u otra a los centros hospitalarios a dar a luz. Aquellas que padecen complicaciones que ponen en riesgo la vida regularmente son transportadas en ambulancias del sistema médico, pero muchas que han sobrellevado una gestación normal y no tienen en qué movilizarse, están recibiendo el auxilio de la Policía y de las diversas unidades de bomberos.
Por ejemplo, los ‘matafuegos’ de Montero, en una actitud empática con el pueblo, prestaron auxilio a diez parturientas en las dos últimas semanas, a las cuales recogieron de sus casas, las dejaron en centros asistenciales donde desembarazaron y, posterior a las respectivas altas médicas, las transportaron de nuevo hasta sus viviendas con sus bebés a cuesta.
El teniente Luis Gutiérrez, director de la unidad en la capital norteña, enumeró que cinco mujeres en gestación fueron llevadas al hospital Alfonso Gumucio Reyes, tres al hospital Che Guevara, una a la Caja Nacional de Salud y una a la clínica San Antonio.
“Sabemos que las embarazadas en estos momentos tienen dificultades para transitar a pie por su estado y muchas nos piden de favor a nosotros el trasladarlas a los hospitales. Lo hacemos con mucho gusto”, dijo Luis Gutiérrez, jefe de los Bomberos de Montero, que atiende llamadas de asistencia en el número gratuito 800-141-119.
Una de las pacientes asistidas fue Mariselva Simone Roca, a quien los bomberos le prestaron ayuda prehospitalaria, recogiéndola la mañana del 13 de abril de su casa, en la calle Tarija, y la transportaron a la CNS.
“Le estaban llegando los dolores, pero no supimos si ya le tocaba. Hay veces que auxiliamos hasta dos pacientes al día. Hace una semana, hemos llevado a una señora al hospital Che Guevara, tuvo su hijo, y un par de días después, la regresamos a su domicilio en Villa Busch, en Guabirá”, comentó el policía Christian Soliz, uno de los tripulantes de la ambulancia bomberil.
Las vivencias de los embarazos tejen muchas historias felices y otras tristes en el ámbito sanitario, donde también hay héroes o heroínas anónimos como estos bomberos. Por ejemplo, el nacimiento, el martes, de Nazira en la clínica Siraní, tiene chocha a la familia de Alonso Montero Cabrera y Lamia Nabila Farah Corzo, padres primerizos.
La pareja salió el martes al amanecer de su casa en vehículo hacia la clínica, con cierto temor de los policías porque no tenían autorización para circular, pero llevaban la orden de internación por si los uniformados los interceptaban. Finalmente llegaron sin obstáculos y Lamia Nabila dio a luz a Nazira, una robusta bebé que pesó 4,2 kilos y un tamaño de 54 centímetros.
La tecnología es una bendición
“Estamos chochos, lo único malo es que los abuelos no han podido conocerla en directo debido a que están prohibidas las visitas en la clínica por temor al contagio del coronavirus. Sin embargo, pudieron verla por videollamada. Lloraron de contentos. Los cariños no han faltado, pero todo por teléfono. La verdad que la tecnología es de gran ayuda ahora, porque las videollamadas están a la orden del día para ver y conocerse. Es lo que apega a las familias”, dijo emocionado Alonso.
“Estamos feliz por la llegada de nuestra primera bebé, experimentado como padres. No es como lo pintan, hay que vivir para apreciar esta felicidad. Creo que la cuarentena es favorable, si bien este momento lo queremos compartir con toda la familia, estamos apreciando solos la labor de ser padres, aunque siempre hace falta la familia. Saliendo de aquí haremos un tour por la casa de mi suegros para que la conozcan y luego iremos a la prueba del taloncito y a su vacuna”, manifestó Lamia Nabila, que considera a su hija un regalo de cumpleaños, pues su onomástico fue el 12 de abril y dos días después nació Nazira.
Trabajadores de salud
Entre las historias tristes está la ardua labor, por largas horas de trabajo, del personal de salud de los nosocomios públicos, particularmente en la maternidad Percy Boland, el hospital de tercer nivel de referencia en el que se atiende a mujeres embarazadas de alto riesgo, donde no hay el equipamiento suficiente ni el personal necesario para afrontar la atención de una variedad de patologías, entre ellas, posibles casos de coronavirus.
Federico Urquizu, director del maternológico, dijo que se han habilitado ambientes de aislamiento, con un triaje de por medio, para diagnosticar distintas patologías, en especial el Covid-19. Hasta el momento, según la autoridad, no se han registrado casos positivos, pero han atendido a cinco pacientes sospechosas que, mediante pruebas de laboratorio, dieron negativo.
El trabajo de parto en la Percy Boland no ha mermado, al contrario, se ha acentuado con la agravante de que está latente el riesgo de contagio del virus global, como lo afirma Marlene Salvatierra, secretaria ejecutiva del Sindicato de trabajadores de la maternidad, quien reveló que los equipos de seguridad que provee la administración no son los adecuados, por lo que las enfermeras, auxiliares y otros salubristas deben “comprar con su propia platita” indumentaria más consistente.
“Acá se sigue trabajando como un día cualquiera. Las pacientes llegan y llegan, la mayoría vienen de las provincias, porque, como son pacientes de riesgo, las derivan acá. Por ejemplo, ayer hubo cualquier cantidad de trabajo. En mi caso, contabilicé la toma de muestra para el laboratorio a unas 50 mujeres”, manifestó Salvatierra.
La dirigente sindical dijo estar exigiendo a los administrativos la dotación de material necesario para el personal, pero, a la vez, es consciente de que la maternidad no tiene ingresos propios, puesto que el servicio que presta es totalmente gratuito para las pacientes. Empero, considera que la Gobernación tiene la obligación de surtir material de bioseguridad.
“Ayer, me dieron un barbijo, al parecer, de plástico. Tuve que comprarme uno con respirador en Bs 50, un protector en Bs 100 y unas gafas en Bs 100, porque la institución no nos da el material adecuado. Ya me han amenazado con procesos, pero les he dicho que yo no voy a ser cómplice, yo voy a seguir reclamando hasta que acabe mi gestión y después que hagan lo que quieran”, señaló la dirigente.
Candelaria Pedraza, que trabaja en el área de Neonatología, confirmó que el flujo de pacientes ha aumentado, pero lo que más le preocupa es que están sufriendo por la carencia de equipos de bioseguridad. Reconoció que están dotando de protección al personal asignado al sector de aislamiento por Covid-19, pero ella cree que todos debieran contar con la misma protección, puesto que a diario entran en contacto con familiares de las pacientes, de quienes no se sabe si son portadores o no del virus.
“Están dotando a algunos equipos de Bioseguridad, pero no a todos. Por ejemplo, en la sala de neonatos no nos dan porque dicen que ahí no llegarán los casos sospechosos, pero igual estamos en contacto con los familiares. Los padres que vienen a ver a sus bebés internados y no sabemos sin están infectados”, subrayó Pedraza.